miércoles, 18 de julio de 2012


Un mago que hace explotar el globo, y la paloma blanca dentro que sale de inmediato. El hombre en la puerta del zoológico arriba de su mateo, con la esperanza de algún turista que quiera un paseo por Palermo. La persona de camisa celeste que controla los boletos, la llegada y salida de colectivos y con una birome golpeando el vidrio autoriza a todo el movimiento. Un aburrido dueño en la puerta de ...su local, que mira el piso buscando en las baldosas algo nuevo. Dos mujeres vendiendo artesanías en el microcentro, combatiendo el frio con un mate bastante viejo. El policía con su chaleco, que está de recorrida para evitar problemas, con cara de no querer tenerlos. Tres oficinistas en la puerta de su trabajo que hablan mientras fuman. Un cliente del puesto de diarios que silba sin que nadie lo pida por lo bajo un tango, “La yumba”. El bullicio de caminar, el ruido de los zapatos, la música de quienes piden monedas, el arbolito de la casa de cambio. Las voces de idioma extranjero que señalan en la vidriera una caja de alfajores de marca, para ellos y para mi, desconocida. El mozo del bar que me mira, duda en venir y me pregunta por cortesía. La mesita que se mueve cuando escribo en un cuaderno estas líneas. Para sentir que todo aburre, que es el mundo donde uno habita, si no sé donde vos estás, para pensar que hay mejor vida. Detrás de la mia. Náufrago rodeado de gente, quiero me salves. Así es dulce mi rutina.

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