miércoles, 28 de septiembre de 2011

El nuevo museo del libro será presentado este jueves

El flamante Museo del Libro y de la Lengua, que depende de la Biblioteca Nacional, será inaugurado el jueves, a las 19, en una reunión abierta a funcionarios, especialistas, observadores y periodistas

Fuentes de la Biblioteca Nacional informaron el cambio de horario de la ceremonia, a la que fue invitada la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.

El museo -el segundo de esta clase en el continente, el otro está en San Pablo, Brasil- funcionará en un edificio construido para la ocasión por el estudio del arquitecto Clorindo Testa.

Se trata de un dispositivo basado en la interactividad mecánica y digital que estará terminado para el próximo mes de noviembre, cuando será inaugurado oficialmente y abierto al público.

El espacio es una construcción diseñada y ejecutada por el estudio del arquitecto Clorindo Testa. Su estructura consta de una planta baja, dos pisos, zona de instalaciones y auditorio. La inminente inauguración coincidirá con la articulación peatonal definitiva de los distintos puntos del predio, que se encuentra en la intersección de Las Heras y Agüero, esquina principal de una manzana emblemática de la vida cultural argentina. Por los caminos internos, el nuevo museo quedará conectado con la Biblioteca Nacional, con el Museo Nacional del Grabado, con el Instituto Cultural Juan Domingo Perón, con la Embajada del Paraguay y con las plazas Del Lector y Boris Spivacow.
El proyecto fue pensado por María Pía López y el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González. La idea-fuerza tiene que ver con provocar una reflexión sobre el idioma de los argentinos, sus continuidades y metamorfosis, su irrigación, influencia y efectos sobre los usos y las costumbres.

María Pía López, directora del nuevo museo, desarrolló algunas consideraciones sobre la iniciativa: “Es un espacio lúdico, que juega con la luz y el entorno, y tiene varias salas. En un principio, se había pensado en un Museo del Libro pero después, trabajando el proyecto, nos pareció que recortado así, tendría menos posibilidades de convocar a un público amplio. Y menos posibilidades de discutir algunas cuestiones.” Además, la socióloga y ensayista contó que la idea surgió de una experiencia similar que se realizó en Brasil al asegurar que “empezamos a pensar en algo como el Museo de la Lengua Portuguesa de San Pablo para hacer acá. En otra escala, por supuesto”.

A su vez, González argumentó: “La lengua interviene en casi todas las formaciones sociales y, también, en el tejido amplio y común con que se manifiesta la vida nacional, su literatura, su cancionero, su disposición conversacional.” El también ensayista y sociólogo conjeturó que “el visitante del museo se va a ver en el espejo de la lengua, de manera colectiva e interpelado en su condición de hablante y usuario de la lengua, que vive dentro de la lengua.” El autor de Paul Groussac: La lengua emigrada valoró el apoyo del kirchnerismo a esta inédita propuesta al afirmar: “Que el gobierno nacional haya apoyado esta iniciativa es fundamental. Y pongo este museo a la altura de las preocupaciones científico-técnicas del país. Es más: podría decirse que complementa la idea de Tecnópolis.”

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