viernes, 16 de septiembre de 2011

" EL HOMBRE PROMEDIO "

   Autor: Diego Genini                                       
  Varios años atrás, se me ocurrió escribir un relato titulado “El hombre promedio”. Cuando surgió la idea, pensé, a mis 25 años, que había llegado al comienzo de una obra maestra. Repleto de energía, puse manos a la obra.
  En principio, la acción transcurría en una pensión, donde aparecía un hombre que, “a pesar de su aspecto nada llamativo” (textual del primer borrador), inquietaba al dueño del lugar. Luego de una serie de extraños sucesos, vigilias, encuentros casuales, y otras peripecias, este hombre terminaba descubriendo que su nuevo pensionista era... el hombre promedio; una persona que contenía la medianía exacta de un ser humano, según lo que ha ido delimitando la humanidad, en su inmenso transcurso. Todo tenía una explicación científica: se trataba de un ser creado en un laboratorio con objetivos muy diversos, pero nunca dado a conocer al mundo, por el dilema ético que su creación despertaría. Había escapado de sus creadores, y vagaba por el mundo. Descubierto el secreto del extraño inquilino, éste desaparecía, ya que su condición no debía ser reconocida por nadie.
  Terminé el relato luego de algunas semanas de trabajo, con la satisfacción que siempre produce finalizar una obra. Pero poco duraría este placer, ya que una relectura final me desengañó: en lugar de genial, mi cuento me pareció, más bien, bastante poco logrado. Tan decepcionante me resultó, que dejé descansar el manuscrito en un cajón durante años.
  Pero la idea siguió latente. Sentí cada vez más nostalgia de aquel impulso creativo inicial, y en una tarde llena de tiempo y ánimo, volví a la tarea. Agregué personajes, acción, enemigos del hombre promedio, y algunos condimentos más.
  Me detuve una semana después, al darme cuenta que estaba creando un bodrio. La versión original había sido mediocre, pero honesta, sincera y despojada. En la nueva, sólo había adornado la primera, y no precisamente para mejor.
  Otra vez me sobrevino la decepción. Había sabido desde un primer momento que el proyecto era muy ambicioso, y justamente esa gran expectativa parecía atentar contra él.
  No obstante, le dediqué muchísimas horas más de esfuerzo mental. Mientras caminaba, viajaba en colectivo; donde fuera, forcé la imaginación, esperando una vuelta de tuerca que nunca llegó.
  Hubo una versión más de la historia, que ni vale la pena detallar. Baste decir que sólo me demostré a mí mismo que había enriquecido mi vocabulario y aprendido algunos trucos nuevos, entre presentaciones de antologías y premios de dudosa jerarquía que apenas calmaban mi sed de gloria.
  Llegué a pensar que “El hombre promedio” era sólo un título admirable para una historia que jamás podría escribir. Una pequeña burla de mi imaginación. Pero no me resigné; me quedé innumerables horas al pie del Obelisco, lugar en el que mi relato terminaría en un primer momento, con el personaje del hombre promedio perdiéndose en la marea humana de Buenos Aires. Allí miré con atención la gente que iba, venía y se detenía, la mayoría de los cuales debía encajar dentro del “promedio” de un ser humano. Esperé pacientemente que alguno de ellos me diera alguna inspiración. Debo decir que no fue una observación tan infructuosa: he visto algunas cosas interesantes. Pequeños detalles, actitudes que se repiten, y que quizá pueden constituir pequeñas historias dentro de una más grande. El tiempo dirá si de esa amalgama de conocimiento puede surgir algo realmente bueno. Quizá, buscando mi historia de “El hombre promedio” encuentre algo distinto, y hasta mejor.

Diego Genini autor del cuento "El hombre Promedio" es nacido en 9 de julio Prov de Bs As (Argentina). Profesor, periodista, acutalmente estudiante del Profesorado de Literatura. Publicó dos novelas. Fue premiado como cuentista. Actualmente escribe columnas parael Semanario Extra de 9 de Julio-

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