viernes, 23 de septiembre de 2011

"DE LEONES ...........ANÉCDOTA "


El  Club de Leones Monarca de Magangué tradicionalmente ha hecho una gran fiesta para  el cambio de Junta Directiva y se acostumbra  invitar a los coterráneos que  puedan en el futuro, ser socios de la Institución. El  Comité  de Festejo solicitó los salones  del  club social de la ciudad, pero estos los habían  reservados con mucha anticipación para un matrimonio. Ante este inconveniente se acordó hacer la fiesta en una finca cercana.
Yo estaba enamorado de Kande la que hoy es mi esposa, su padre don Jesús Hernández  tenia una finca que se llamaba  La Garita  y reunía las condiciones óptimas para los festejos  del  Club de Leones . El Presidente del Comité me comisionó para que hablara con mi futuro suegro, con el fin de lograr nos proporcionara la hacienda para realizar nuestro programa.

La reunión estaba programada para el domingo y  con el fin de cumplir mi cometido,  el sábado por la mañana abordé a Don Jesús para manifestarle nuestra intención, y él con mucha satisfacción me contestó :  No hay ningún inconveniente, vamos esta tarde a  La Garita  con el fin de darle la orden y las instrucciones al capataz. Como habíamos acordado, en las horas de la tarde llegamos a la finca y después del acostumbrado tinto en nuestra región, don Jesús llamó al capataz, un hombre sencillo, huraño de pocas palabras y con una humildad del campesino nativo dibujado en su rostro  y le dijo: Manuel, mañana vienen para la Garita los leones, así que mantenga  la finca bien aseada y  procure  tener mucho cuidado con los animales para que no molesten.
Al regresar a la ciudad informé al Club que contando con  la amabilidad del propietario la Garita estaba lista para la fiesta.
El domingo bien temprano nos citamos en la residencia de un compañero, para tener un punto común de partida y como era natural me fuì con el primer grupo. Al llegar a la Garita encontramos el portón principal abierto de par en par, todo bien aseado, los patios con escasas hojas desprendidas de los árboles, y  noté que no había una sola ave de corral, los gansos que acostumbraban con su graznido saludar a los visitantes desaparecieron, unos pollinos vivarachos e inquietos que ví  el sábado, no estaban, el chiquero de  los puercos vacío  y los perros guardianes  de la propiedad  brillaban por su ausencia,
. Había una soledad impresionante, lo que me hizo llamar con voz alta al capataz, pero este no respondía.  Los compañeros leones me miraban y se sumaban a mi preocupación y sorpresa.   Frente a la finca vivía   una señora que me era conocida, allí me fui a indagar  por  Manuel el capataz, y al preguntarle por él me contestó : doctor ese señor desde las dos de la madrugada comenzó a llevarse todos los animales para el patio de su casa que está  a la entrada del pueblo y me convenció de que amarrara y cuidara los míos, porque su patrón Don Jesús, le había dicho que tuviera cuidado con los animales por que hoy venían para la Garita UNOS LEONES ......

HUGO VASQUEZ  CAEZ. (Colombia)

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