Hay libros de patrimonio arquitectónico de todo tipo. Los brillantes y eruditos, entre los que destacan las ediciones a las que nos tiene acostumbrados Fabio Grementieri con una calidad teórica y artística inigualable, y que han permitido conocer y revalorizar estilos, etapas y tipologías antes olvidadas de la arquitectura argentina. También están los originales e imprescindibles como el de Laura Weber, Carla Levin Rabey y Susana Mesquida, que en una sucesión de fotografías contrapuestas denuncian la desaparición de paisajes urbanos completos de Buenos Aires a lo largo del siglo XX, y nos permiten comprender la gravedad de la depredación patrimonial.Pero hoy queremos celebrar otro tipo de publicación. Se trata de un libro en dos tomos que reúne algunas de las características positivas ya mencionadas, pero a su vez es el resultado final de una obra de restauración que puso en valor el Rosedal de Palermo.
Se trata, pues, de El Rosedal de Buenos Aires 1914-2009, de Sonia Berjman y Roxana Di Bello, dos expertas en patrimonio paisajístico porteño, editado por la Fundación YPF, que a su vez financió la revitalización del principal espacio verde de la ciudad.
Las autoras inician el libro con los antecedentes históricos del cultivo de rosas en el Río de la Plata, enumeran las especies y variedades, continúan con una descripción acabada del Rosedal de Palermo y sus orígenes, y en particular el Jardín de los Poetas, con las sucesión de bustos de hombres de letras, relatan las nueve décadas y media desde su creación y su evolución. Concluyen este primer tomo con la difusión de los rosedales hacia otros ámbitos públicos y privados, y con una referencia-homenaje de los distintos “autores” del parque.
En el tomo 2, dedicado al “Patio-Glorieta Andaluz de Buenos Aires”, se incorporan a la investigación Andrea Caula y Sonsoles Nieto Caldeiro, y allí se develan los vínculos entre Buenos Aires y Sevilla, relatan el origen de este patio cuya donación fue solicitada por el Círculo Andaluz de la Ciudad de Buenos Aires al gobierno andaluz en 1923 y que finalmente se inauguró en 1929.
Un capítulo completo destaca la producción de piezas cerámicas, tradicionales de Andalucía, relatando sus orígenes y relevancia en la cultura mudéjar, y en el siguiente apartado se dedican analizar su llegada al sur americano.
En el capítulo V recuerdan al intendente Miguel de Anchorena, titular del Ejecutivo porteño en 1914, quien ideó e impulsó la creación del Rosedal de Buenos Aires, y relatan las sucesivas gestiones que dieron lugar a la construcción del Patio Andaluz.
En estas páginas encontraremos un plano en el que con una sucesión de folios traslúcidos podemos ver la evolución y las propuestas de diseño del parque en sus distintas etapas. Los siguientes capítulos se dedican a analizar en detalle las obras de arte que decoran el patio y su equipamiento, para concluir una vez más con un detallado informe sobre los distintos autores que intervinieron en cada una de las etapas de construcción.
La erudición del estudio paisajístico e histórico no impide que la obra sea amena e interesante también para los neófitos. La investigación se sustenta en numerosos documentos y fuentes, y en una enorme cantidad de fotografías que hacen aún más atractivo este libro. Es una publicación imprescindible para paisajistas, arquitectos y amantes de la historia y de la Ciudad de Buenos Aires.
Tal vez el diseño de tapa sea lo menos logrado, no así la composición del interior, que acompaña la erudición del texto y la calidad de fotografías y documentos que recopilaron Sonia Berjman y Roxana Di Bello, y que hacen de este libro una obra única y valiosa.
* Lic. en Relaciones Internacionales. Magister en Gestión Cultural. Docente del Master en Gestión Cultural en la Universidad de Alcalá de Henares y del Programa de Conservación y Preservación del Patrimonio en la Universidad Torcuato Di Tella, http://facundodealmeida.wordpress.com
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