Por Gabriela Cabezón Cámara
Gabriela Adamo, directora de la Feria, habla de esta edición.
Empieza ya. Mañana, para los profesionales, que venden y compran derechos y se capacitan. Y el jueves, a las 18, para todos. La conferencia de apertura será media hora después, a cargo de Luis Guzmán, escritor y psicoanalista argentino. Sin embargo, a Gabriela Adamo, directora de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, se la ve relativamente tranquila. Y dispuesta a hablar de todos los temas, incluso del más difícil.
¿Qué pasa con la restricción a la importación de libros? Es muy difícil ver claro: las disposiciones cambian constantemente. Falta una regulación clara y con tiempo, para que la industria pueda adaptarse. La sensación es que el Gobierno está haciendo las cosas sobre la marcha: la improvisación es la política.
¿Esto afecta a la Feria? No. Tenemos los 45 mil metros cubiertos y nuevos expositores, incluso de América Latina: nuestro público es un punto fuerte, de mucha atracción. Nosotros siempre generamos un decreto especial para que se traigan libros a la Feria, y eso está funcionado bien. Va a haber la misma diversidad de siempre. Y se suma, entre otros, Conaculta, que es el el ministerio de cultura de México, y tienen una editorial maravillosa.
¿Y qué pasó con la Federación de Gremios (editores españoles)? Ahí se combinaron varias cosas. En enero nos avisaron de que no vendrían, por la cuestión de las restricciones a la importación. Y seguramente se suma la crisis que están viviendo. De todos modos, las grandes editoriales están y vienen muchas de las pequeñas.
¿Por qué, aun con una crisis tan grave, el mercado español sigue siendo tan importante? Hasta el año pasado el predominio español era indiscutible. Ahora empezó una transición y ese predominio se debilita. Pero todavía la inercia de querer hacer negocios con España está en la cabeza de todo el mundo.
La ausencia de la Federación, entonces, afecta a la Feria.?
Poco. Sumamos atractivos: estamos instalando la Feria como el mejor lugar de capacitación, en español, para el mundo editorial. Lo hacemos a través nuestros seminarios de siempre, como el Espacio Tendencias, donde hay docentes tan importantes como el economista Bernardo Kliksberg y el antropólogo Néstor García Canclini. E incorporamos cursos más cortos para ilustradores, editores, vendedores y gente de prensa. Es muy difícil capacitarse en estos oficios, en sus aspectos más concretos. Y además, y esto es muy importante, ofrecemos el “Tools of change”, el seminario estrella en nuevas tecnologías para libros de la Feria de Frankfurt. Es la primera vez que lo hacen en español. De hecho venían en tratos con la Feria Líber (de Madrid), para hacerlo allá, y finalmente cambiaron de opinión y decidieron hacerlo en Buenos Aires. Es toda una señal de la transición de la que hablábamos antes.
¿El predominio comenzaría a repartirse con Argentina y México? Sí.
¿Qué temas serán más convocantes este año? Además de la literatura, claro.
La política: hay muchos eventos que giran en torno a políticos que presentan su libro. Y la cuestión de las Islas Malvinas, que es muy fuerte en esta edición. Les siguen los autores de autoayuda y espiritualidad. También tenemos muchísimas mesas sobre artes: música, artes visuales, diseño. Por ejemplo, viene Jorge Fontana, que es un gran diseñador que nunca había estado en la Feria. Trabaja mucho con tipografía, un tema muy importante hoy con el diseño de los e-books en pleno desarrollo. Está también el mundo del espectáculo, cantidad de actores que hacen lecturas o participan de mesas redondas sobre temas súper áridos, como el derecho de autor en la televisión y, por supuesto, la Maratón de la Lectura, donde son las estrellas las que leen.
¿Tenés algunos datos parciales de cómo va el Premio del Lector? No, no lo estamos mirando nosotros. Lo que sí te puedo decir es que miramos el lunes de la semana pasada y ya habían dejado su voto más de cuatro mil personas, que es mucho si pensás que la Feria todavía no empezó. Y la página ya tuvo más de quince mil visitas. Los lectores están participando de su premio.
La selección de los que hicieron los libreros es muy diversa.
Sí, y de mucha calidad. Los libreros tardaron un montón hacer sus propuestas. Uno diría que consensuaron entre todo el equipo de cada librería antes de mandar la lista.
¿Cómo fue la elección de Luis Guzmán para la apertura? Queríamos un autor argentino que fuese querido por todos. No por quedar bien con derecha e izquierda, sino que fuera representativo y con una obra prestigiosa. Y después, en las conversaciones con Luis, me fui poniendo cada vez más contenta con la elección: lo que más nos importa es el mensaje de pasión por la lectura. A veces se corre el riesgo de que se hagan conferencias muy académicas y en ese sentido, Luis es una persona con calle, que va a transmitir la enorme influencia que los libros tuvieron en su vida. Y cómo se la cambiaron
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