Opinan Felipe Pigna, Claudia Piñeiro, Ana María Shua, Vicente Battista, Dante Palma, Maristella Svampa, Eduardo Sacheri, Liniers y Rep.
La 38 edición de la Feria del Libro, que comenzó el jueves, transforma nuevamente la Rural en el escenario de una fiesta cultural. La oferta de textos clásicos, los últimos lanzamientos y las diversas charlas de distinguidas personalidades son algunas de las opciones que ofrece. PERFIL convocó a un grupo de escritores y autores para que compartieran sus recuerdos y recomendaciones sobre la Feria y analizaran las expectativas para este año y el lema “Un futuro con libros”.La imagen de la primera vez que visitaron la feria es un recuerdo imborrable para muchos de ellos. “Todavía no era escritora, sino lectora pura. Era la época de la dictadura y, a pesar del miedo, de la censura, de la represión, la Feria era un buen lugar, una especie de isla. Los que vivíamos en el país nos sentíamos bien de estar allí. A pesar de todo, a pesar de Videla en la inauguración, a pesar de que la dictadura tratara de apropiársela”, recuerda Ana María Shua.
El dibujante Ricardo Siri, más conocido como Liniers, jugaba a hacer trazos imaginarios en su mente cuando asistía a las mesas redondas de Ediciones de la Flor con Quino, Fontanarrosa, Caloi, Garaycochea. “Quería ver si esos dibujos y personajes que tenía en libros provenían de personas de carne y hueso. Cuando varios años más tarde Daniel Divinsky me invitó a participar de esas mesas era como si me sentaran al lado de John, Paul, George y Ringo”, confiesa mientras mantiene una expresión de asombro por ahora ser él el que expone sus libros. Para Gabriel Rolón, ir a la feria era una forma de revivir las caminatas por la avenida Corrientes. “Sentí una enorme fascinación, era la primera vez que caminaba por pasillos y pasillos llenos de libros. Por un rato sentía que toda la literatura del mundo parecía estar a mi alcance”, sostiene.
Un autor que conoció los comienzos de la feria, cuando estaba al lado de la Facultad de Derecho, es Vicente Battista. “En aquellos tiempos la feria era más popular. Recuerdo el olor a choripán y los encuentros con escritores amigos y enemigos, por qué no. Son semanas de jolgorio y cultura”, afirma.
Según recomiendan los autores consultados, la clave para aprovechar más la feria es ir un día de semana, para poder buscar con tranquilidad el libro adecuado. “No pretenda ver todo, hay mucho ‘relleno’, y use el tan útil y casi imprescindible plano de la feria”, asegura Felipe Pigna, quien coincide con Claudia Piñeiro en recomendar la entrada por Cerviño, que por lo general siempre es donde hay menos cola.
Maristella Svampa remarca que “no hay que olvidar armarse una planificación para ir a las charlas y debates. Hay de todos los temas y para todos los gustos, lo mejor es tentar la suerte en alguna sala antes de circular desorientado por los stands o salir abrumado por la cantidad de libros”. En cambio, Battista invita a dejarse llevar: “Creo que a la feria va mucha gente que tiene cierto temor por entrar a las librerías, pero que en la feria encuentra libros, se mezcla con gente mientras pasea”.
Símbolo. El lema de esta edición, “Un futuro con libros”, invita al debate sobre la vida del libro de papel y la importancia de la proyección del libro digital en sus distintos soportes tecnológicos, pensados para el disfrute de los lectores de un nuevo tiempo.
El e-book, ya en la edición de 2011, se instaló con fuerza en la feria y este año sigue ganando protagonismo con más espacios y la posibilidad de experimentar los dispositivos. La Fundación El Libro también ofrece un espacio digital propio. PERFIL consultó a los escritores sobre los avances y la mutación de los libros. La aceptación es visible pero también se evidencia que el libro es un objeto irreemplazable.
“Si bien hay muchas discusiones al respecto y algunos datos llamativos, como por ejemplo que Amazon lleve dos o tres años consecutivos vendiendo más libros digitales que impresos, seguirá existiendo esa relación fetichista con el libro papel, en el buen sentido. Probablemente se asista a una convivencia de formatos”, considera Dante Palma.
Algo importante para Eduardo Sacheri es que las nuevas tecnologías no vulneren el derecho de los creadores intelectuales: “El libro en papel es un adelanto tecnológico tan fuerte que merece todavía unos cuantos siglos de supervivencia. Si eso se preserva, me parece que está muy bien la coexistencia de lo antiguo y de lo nuevo”. Felipe Pigna cuenta que disfruta del iPad pero el contacto con el objeto libro “no es compabale a nada luminoso y frío”.
“Todo convivirá y debemos adaptarnos. Lo importante es que se sigan produciendo buenos libros y buenos lectores”, afirma Rep.
En el mismo sentido, Liniers agrega que “a las tecnologías hay que aceptarlas. Si más gente tiene acceso a la cultura gracias a dispositivos futuristas, me parece maravilloso. Pero me parece más lindo quedarme dormido con un libro sobre mi cara que con un iPad”, resume con humor, y Shua añade: “Bienvenidas las nuevas tecnologías. Como los billetes y las tarjetas de crédito, los libros en papel y los e-books van a convivir durante muchos años. Cada cual tendrá su lugar pero me preocupa más su contenido que el continente, el texto más que el soporte”, resume.
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