En su tierra. Philip Roth en Nueva York, la ciudad que lo vio nacer y es escenario de muchos de sus libros.
El crítico Harold Bloom exaltó a Roth, eterno candidato al Nobel, como uno de los cuatro escritores norteamericanos vivos más relevantes, “cuyos textos reflejan su curiosidad por la identidad personal, cultural y técnica y la creación artística.” Segundo hijo de una familia emigrada de Ucrania, nació el 19 de marzo de 1933 en Newark, Nueva Jersey, estado que limita con Nueva York, ciudad que ha sido una caldera poderosa de muchas grandes obras literarias. Fue amigo de otros dos escritores de enorme talento, Bernard Malamud y Saul Below.
El jurado destaca que este grupo abrió paso a la gran novela norteamericana. “Roth está en la tradición de Dos Passos, Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, William Faulkner , Below y Malamud.” Treinta novelas y libros de relatos son una espléndida expresión del arte de Roth. “Personajes, hechos y tramas conforman una compleja visión de la realidad contemporánea que se debate entre la razón y los sentimientos como el signo de los tiempos y el desasosiego del presente. Posee una calidad literaria que se muestra en una escritura fluida e incisiva”, elogia el jurado.
Adiós Colón , su primera obra (1959) obtuvo el National Book Award por sus relatos sobre la vida de los judíos en Estados Unidos, uno de sus temas favoritos.
Pero fue su cuarto libro, El lamento de Portnoy (1969) que se convirtió en un referente indispensable de la literatura no sólo de su país si no también de la mundial.
La conjura contra América fue una novela de gran impacto literario y político por un tema urticante: las simpatías que despertaron, antes de la guerra, los nazis y el fascismo en Estados Unidos. Allí, el antisemitismo alcanzó altas cotas, con un personaje siniestro como Henry Ford, que se convirtió un activo propagandista antisemita y mantuvo lazos con los nazis.
Se trata de una descripción alternativa de la historia norteamericana, que parte de la derrota del presidente Franklin Delano Roosevelt por el célebre aviador Charles Lindberg. Protagonista del cruce en solitario del vuelo Nueva York-París, Linderg era un abominable antisemita y simpatizante nazi. Recibido con todos los honores por Hitler y sus secuaces, quedó muy sorprendido por el poder de la Luftwafe, la Fuerza Aérea dirigida por Herman Goering.
Su Trilogía americana – Pastoral americana (Premio Pullitzer 1998), Me casé con un comunista o esa obra maestra que es La mancha humana – ahonda en el ADN de una grandeza desoladora, entre los años cuarenta y la época de Clinton, del mismo modo que en Sale el espectro da un vuelco al nefasto período de Bush sin pelos en la lengua.
No tarda Roth en aplicar el bisturí a los tiempos que vive y atestigua. No da tregua a un discurso tan hondo como pesimista y comprometido. Es un autor de pluma ardiente y examen de conciencia permanente, un referente estético y moral que también se sabe en deuda con nombres fundamentales e influencias tales como Saul Bellow, John Updike o Bashevis Singer. Su nombre engrandece la lista de un premio más que mere cido.
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