Este escritor y poeta negro, su nombre d pila
era, AGAPITO DE ARCO, pero siempre se le conoció con el pseudónimo de JORGE
ARTEL. Nació en Cartagena de INDIAS el
27 de abril de 1909. En 1945 se tituló como abogado de la Universidad de
Cartagena, aunque su labor estuvo orientada al ejercicio del periodismo y a la
poesía, género en el cual es uno de los más importantes representantes de la
cultura afrocolombiana.
Los temas de sus escritos están relacionados con
las vivencias de su tierra y de sus habitantes. Según Luis María Sánchez, Artel
es un cantor de la alegre tristeza en versos populares y humanos, en sus
composiciones vibran el dolor y la protesta; el lenguaje de los bogas, las
olas, las costas y los ríos se vuelven sonido y color de sombra en sus
palabras; en ellas tiembla toda la sensualidad y se agita el lirismo de su
cultura. Su validez lírica se refleja en los poemas Velorio del boga
adolescente y Ahora hablo de gaitas.
Publicó libros de poemas, entre los que se destacan
Tambores en la noche (1940), Poemas con bota y bandera (1972), Sinú, riberas de
asombro jubiloso, Coctail de estampas y Antología poética (1979). Otras de sus
obras fueron De rigurosa etiqueta (drama) y No es la muerte... es el morir
(novela, 1979). Falleció en 1994
sensualidad negra. Jorge Artel.
Por la calle del Pozo
ya viene la negra,
por la calle del Pozo
a buscar agua fresca.
La negra Catana,
la negra más linda,
a quien todas las negras
y más de una blanca
le tienen envidia.
Hay que ver en sus ojos
la luz cómo brilla,
su cuerpo de junco
cuando ella camina.
Su vegetal cintura
la gaita cenceña
la lata del agua
¡cómo la quiebra!
Los ardientes bogas
dicen cuando pasa
palabras tremendas:
- Compadre, mírale el pie
¡cómo arrastra la chancleta!
- ¡Cómo levanta el talón!
- ¡Los pechos cómo le tiemblan!
-¡Repare en el movimiento
de bullarengue que lleva!
- ¡Ay, negra, yo así me caso
corriendo, por la iglesia!
- ¡Me llamo Quico Covilla,
me tienes el corazón
hecho un tiesto de cocina!
La negra catana
sonríe con su risa
de cascabel de plata
que tanto le envidian.
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