Se podrá volver a recibir libros traídos por correos privados, sin ir a Ezeiza.
Buenas noticias para compradores de libros. Según informó la Cámara Argentina del Libro (CAL), ayer el sector editorial acordó con la Secretaría de Comercio Interior –a cargo de Guillermo Moreno– que se levanten las trabas para el ingreso al país de los libros que vienen por courier, es decir, un correo privado rápido y que puede entregar puerta a puerta. Los socios de la otra cámara que agrupa a editores, la Cámara Argentina de Publicaciones, recibieron un comunicado en el mismo sentido. Sigue vigente, para las editoriales, la obligación de exportar por el mismo valor que se importa y de pedir una autorización detallando qué se trae.
La ley establecía que podían venir por courier envíos de hasta 1000 dólares y de hasta 50 kilos. El sistema se usaba para enviar pruebas de impresión antes de hacer la tirada total, mandarle un libro a un amigo o veinte ejemplares de su propio libro a un autor editado en otro país; ese tipo de cuestiones.
Pero hace unos días, nuevas disposiciones obligaron a que el destinatario de un paquete tuviera que ir a la oficina del courier, pagar 60 dólares más IVA e ir a buscar su paquete a Ezeiza. El procedimiento fue detallado por DHL, una empresas líder en este servicio.
Hasta ayer, sin embargo, DHL no había recibido novedades. “Hoy y mañana sigue todo retenido”, dijeron a Clarín a las siete de la tarde. Diana Segovia, Gerenta Ejecutiva de la CAL, aclaró que el sistema se normalizará la semana que viene . “Las negociaciones funcionan”, se alegró. Las Cámaras no fueron las únicas en reclamar: a principios de esta semana, fue masiva una campaña en Internet, con la consigna #LiberenLosLibros.
“La circulación de los libros y de las ideas no pueden ser rehenes de ninguna política económica. Empieza a haber una reflexión sobre el tema que debe ser completada”, dijo ayer el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi.
Respecto del bloqueo en la Aduana de mercadería que ya figuraba como liberada que ocurrió el miércoles –y del que Clarín informó ayer– Segovia explicó que se trata de la Resolución 3304, de la AFIP. La resolución, publicada ayer, establece nuevas medidas de control sobre la mercadería que se importa. En concreto, un control físico para “combatir la incorrecta declaración de valor de mercaderías de importación”. Un equipo de verificadores analizará lo importado y “procederá a extraer, al menos diez tomas fotográficas de la mercadería que se incorporarán a la Declaración Aduanera para ser auditadas por las áreas centrales de la AFIP”. Esta resolución no afecta solamente a los libros sino que les da el mismo tratamiento que a cualquier otro bien.
Hace unos días la oficina de Representación Especial para Acciones de Solidaridad de la Cancillería comunicaba a una organización no gubernamental que no trajera una serie de libros que había recibido en donación porque no podían garantizar que no quedaran retenidos, generando costos de almacenamiento
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