jueves, 30 de agosto de 2012

Atemporal, emocionante y trágico: 60 años de "El viejo y el mar"

El libro es pequeño; el lenguaje, sencillo y la historia se desarrolla prácticamente sólo en torno a un viaje de pesca. Pero aún así, "El viejo y el mar", de Ernest Hemingway, sigue fascinando de forma casi mágica. Este sábado se cumplen 60 años de la lucha final de un viejo con su cuerpo y su conciencia.









El veterano y humilde pescador cubano Santiago lleva 84 días sin pescar nada. Pero al 85, consigue la presa de su vida: un marlín más grande que su barca, que sin embargo acabó siendo devorado por los tiburones a la vuelta hacia puerto. La novela de 26.000 palabras fue publicada por primer vez en la revista estadounidense "Life" el 1 de septiembre de 1952. Se vendieron más de cinco millones de ejemplares y los críticos la colmaron de alabanzas. Sin embargo, más tarde algunos criticaron que Hemingway se perdiera en la descripción casi sobrenatural de Santiago y apuntaron que la historia era una parábola malograda de la vida del propio escritor y la lucha con su obra y su identidad. Hemingway, que también era un pescador entusiasta, ya había experimentado con el personaje de Santiago en un relato breve. "El viejo no es una persona determinada", explicó sin embargo una vez en una entrevista el escritor estadounidense. "Es la lucha de un hombre con un pez. Escribí esa historia en base a la experiencia que tuve con la pesca durante 30 años en estas aguas y también antes". El libro se convertiría en la última obra publicada en vida de Hemingway, que en 1961 se suicidó, y contribuyó a cimentar su fama. El autor de "Fiesta" o "Por quién doblan las campanas" recibió el premio Pulitzer en 1953 y un año más tarde el Nobel de Literatura. Los jurados del prestigioso galardón sueco citaron "El viejo y el mar" en su motivación para la concesión del premio. La lucha del viejo Santiago, que todavía hoy sigue conmoviendo a personas de todo el mundo, llegó además a lo largo de estos 60 años en varias ocasiones a los escenarios de teatro y las pantallas. Así, Spencer Tracy encarnó al viejo en la versión dirigida en 1958 por John Sturges ("The Great Escape"), un papel que también interpretó Anthony Quinn para la adaptación a la televisión de Jud Taylor de 1990. La huella del libro sigue presente además en lugares como Finca Vigía, la casa a las afueras de La Habana donde Hemingway vivió y escribió "El viejo y el mar", hoy convertida en museo en homenaje al autor que pasó la tercera parte de su vida en Cuba. O en Cojímar, el poblado pesquero de la capital cubana que el escritor solía frecuentar para conversar con los pescadores. Fue allí donde conoció a Gegorio Fuentes, el pescador cubano que le inspiró para el personaje del viejo Santiago. Fuentes, de origen español, murió el año en que se cumplió el medio siglo de la publicación de "El viejo y el mar". Pero quien visite Cojímar aun puede sentarse en La Terraza, el bar preferido de Hemingway en ese lugar.Por Christina Horsten (dpa)

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