viernes, 30 de noviembre de 2012


Todos los países tienen sus monstruos verdaderos”
Entrevista a la periodista y escritora argentina Mariana Enríquez. Por: Matías Crowder, desde Gerona (España), especial para Diario de Cultura.


Con el relato “El patio del vecino”, la periodista y escritora Mariana Enríquez (Buenos Aires, 1973) forma parte de la reciente compilación de cuentos titulada “Terror” de Editorial Planeta, la cual reúne algunos de los más prestigiosos escritores argentinos de nuestro tiempo abocados a este género. En exclusiva para Diario de Cultura habla de su reconocimiento como escritora, sus propios miedos y su visión sobre el género de terror en Argentina.
Tu último relato, “El patio del vecino”, publicado por Planeta en la recopilación “Terror”, aparece compilado entre “los autores argentinos más reconocidos”, como Federico Andahazi o Pablo Feinmann. ¿El reconocimiento, para la escritora de “Cómo desaparecer completamente”, es una carga que le condiciona?No es una carga para nada, en todo caso es un halago estar entre escritores más conocidos o prestigiosos que yo. Pero la verdad es que no me preocupa demasiado, no me condiciona.Se te menciona como una de las “nuevas narradoras argentinas”. ¿Cómo definirías a esta nueva generación de escritoras?No me gusta demasiado separar a los escritores contemporáneos argentinos entre narradores y narradoras: si bien es cierto que la literatura femenina existe --mi subjetividad es femenina, no tiene nada de extraño que así sea--, las narradoras no estamos aparte en el campo literario argentino. Mi generación de narradores, hombres y mujeres, es sumamente ecléctica y desprejuiciada y creo que ésa es la única manera de definirla. En tus primeras novelas dices que escribías como hombre, según cuentas refiriéndote a que tardaste mucho en escribir desde el punto de vista de una mujer? ¿A qué crees que se debe?Elegía personajes varones porque cuando escribía con voz de mujer salía mi voz; fue una cuestión diría que técnica, de cierto primitivismo, no encontraba una voz femenina que fuera distinta de la mía. También, sinceramente, se trataba de que las historias y los personajes sobre los que quería escribir eran varones jóvenes, en la mayoría de los casos. Ahora creo que ya soy capaz de escribir en cualquier voz.Tus mujeres son diferentes a las de Isabel Allende. ¿Por qué?Supongo que porque yo soy muy diferente a Isabel Allende. ¿Qué te hizo volcarte hacia el género de terror?Es mi género favorito, lo que más leo, desde Stephen King a Peter Straub, pasando por Neil Gaiman --el terror y el fantástico son mis géneros favoritos. Igual, no es un vuelco definitivo. No soy, ni quiero ser, una escritora de género único. En varios de tus relatos anteriores haces referencia a historias reales de terror argentinas como el Petiso Orejudo. ¿En Argentina tenemos una amplia gama de estas historias?Todos los países tienen sus monstruos verdaderos. Argentina no sé si tiene una amplia gama: tiene los que tiene y son aterradores porque son nuestros, son una oscuridad incubada entre nosotros y que nos pertenece. ¿Argentina, por su historia, tiene una forma específica en cuanto a horror?En la vida cotidiana, claro, tenemos miedos específicos, horrores particulares como sociedad; la literatura también, claro, en tanto siempre, inevitablemente, se nutre de la experiencia. ¿A qué tienes miedo?Le tengo miedo a la guerra, a la violencia, a la intolerancia; a lo sobrenatural, para nada. ¿Cuáles son tus próximos proyectos?Estoy escribiendo un perfil biográfico de Silvina Ocampo, terminando un libro de cuentos --cuentos extraños, para nada de terror, alguno fantástico-- y empezando una novela que sí, será una novela de terror. Si me sale.

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