lunes, 12 de noviembre de 2012

" SIN SUELDO "


   Anécdota

                                            Hugo Vasquez Caez (Colombia)

 

 Como todos sabemos en la Costa Caribe, son muy frecuente  los “sablazos”, las “corbatas”, y las picardías de gentes vividoras que se aprovechan de la generosidad o de la ingenuidad del vecino para lograr conseguir con sobrada  astucia,  lo que han craneado para su beneficio. También es muy común los que nacen con una loable inteligencia,  que muchas veces nos queda difícil valorarla, pero nos dan a entender la  “obligación” que tenemos de ayudarlos.  Una vez un familiar me pidió el favor que la acompañara a reclamar un dinero pensional que le iban a pagar, en el antiguo edificio donde funcionaba Telecom. Como teníamos conciencia de que la cola iba ser muy larga, ella pidió permiso en la oficina de su  trabajo por 3 horas, pero al llegar nos dimos cuenta que si tomaba el último  puesto en la cola, como era lo indicado, por lo menos duraría 5 horas para recibir lo que fuimos a buscar. Observe que cerca de la ventanilla donde atendían,  había una banca  y el agente encargado del “orden” dejaba sentar a las que según èl, tenían mareos, síntomas de vomito, cansancio y poco después  le hacia una señal y con sigilo la metía en la fila.

Me le acerque y le expuse el motivo de mi presencia allí, y me contestó: cuando desocupe alguien un puesto en la banca siéntela, yo me encargo del resto, pero le recuerdo que a  “UNO LE  DA SED”, no se preocupe que así lo entiendo.Le regale una buena propina para el “agua” y conseguimos en poco tiempo nuestro propósito, con la colaboración de este genial “agente del orden”.
Todo ser humano tiene la forma peculiar de ganarse la vida, el agente de la SED, multiplico por varias cifras sus entradas y me hizo recordar un anécdota con un compadre de Magangué.
Cuando era diputado se me presento en el consultorio mi muy estimado compadre, Antonio Villalba.(nombre ficticio),  y me pintó con mucho dolor, la situación económica que estaba pasando  y me rogó le consiguiera un trabajo. Para hacer este favor tenia que buscar algo apropiado que èl pudiera desempeñar y me acorde que se iban a. nombrar unos guardias municipales para que hicieran el control del contrabando del tabaco, licores entre ellos el celebre ñeque que en esa época entraba a Magangue por todos los punto cardinales de la ciudad, también controlaban la entrada de animales con marcado índice de extinción como las hicoteas, las babillitas etc, etc. Hablé con el Alcalde  y lo nombro en el resguardo de Camilo Torres, un corregimiento de Magangue que hoy es un barrio de esta ilustre ciudad, por allí entraba la mayor parte del comercio licito e ilícito a la ciudad.
Dos  meses después fue a darme las gracias y me dijo que estaba muy contento por que además de su mensualidad recibía muchas “propinas”, bien en dinero o en especies. Le hice ver que esos regalos que él llamaba propinas estaban prohibidos y me contesto que le daban esos presentes por su buen comportamiento.
Pasó el tiempo, el Municipio entró en crisis y hubo necesidad  de recortar el numero de  trabajadores y entre ellos cayo mi apreciado compadre.Tres semana mas tarde se presento al consultorio y me manifestó  que lo habían botado y le dije que ya lo sabia y le explique el motivo. Con una voz serena y sus pupilas dilatadas me dijo:  ¡Compadre consígame ese mismo puesto ¡SIN SUELDO!.

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