viernes, 23 de marzo de 2012

"Gran diccionario del vino "

Gran diccionario del vino. Mauricio Wiesenthal

El amplio mundo relacionado con el vino dispone a partir de ahora de una gran obra de consulta completamente actualizada, elaborada por el prolífico escritor Mauricio Wiesenthal (Barcelona 1943). Este autor tal vez es más conocido por su obra literaria y ensayística, pero también es uno de los mayores expertos españoles en temas vinícolas. Ha impartido numerosos cursos de enología, obtenido varios galardones y dirigido diversas obras sobre ello, hasta la publicación en 2001 del Diccionario Salvat del vino, del que el presente es una edición revisada y ampliada.
La rica personalidad del autor, sus intereses ilimitados, su vasta cultura, su conocimiento del mundo clásico, su cosmopolitismo, se escancia en cada uno de sus escritos, dotándolos de una hondura y fecundidad excepcionales. Adentrarnos en la lectura del Gran diccionario del vino es una sorpresa constante, es más bien hojear una magnifica enciclopedia que aúna rigor y amenidad tanto en los temas específicamente científicos y técnicos como en los más propiamente humanísticos.
La edición es muy bonita, en tela burdeos, tono característico de las grandes obras de esta editorial, con sobrecubierta, letra generosa hasta para las vistas cansadas y multitud de ilustraciones que dan plasticidad y color a los textos. Reúne 6.500 entradas, entre ellas 2.500 voces de léxico vinícola y miles de artículos con información enciclopédica sobre: regiones vinícolas de todo el mundo, denominaciones de origen, variedades viníferas, grandes y pequeñas bodegas que elaboran los mejores caldos, calendarios festivos del vino, oficios y técnicas, desde su cultivo a la tonelería, y biografías de enólogos, filósofos y literatos.
Estas biografías recogen deliciosas y curiosas anécdotas y dichos, como la de Goethe que en una carta a su cuñado, comerciante en vinos, le apremia: “Mándame vino, que solo me quedan 400 botellas”, lo que puede darnos una idea del aprecio del gran poeta alemán por esta bebida, y, así, en la cima de su sabiduría afirmaba: “El vino alegra el corazón del hombre y la alegría es la madre de todas las virtudes”. O como la conocida estrofa de Aben Guzmán, poeta arábigo andaluz del siglo XII: “Cuando muera, estos son mis consejos para mi sepultura, dormiré con una viña entre los párpados, que me envuelvan entre sus hojas como mortaja y me pongan en la cabeza un turbante de pámpanos”. O la divertida manera que tienen en Alemania de denominar a los vinos malos, dreimännerwein, que significa vino de tres hombres, porque es necesario un hombre para sostener al bebedor, otro para introducirle el líquido en el gaznate y un tercero para hacérselo tragar.
Mauricio Wiesenthal es garantía absoluta de calidad en cualquiera de sus trabajos, ya hemos dejado constancia de ello en este medio, cuando glosamos su magnífica semblanza sobre el escritor y pensador ruso, Leon Tolstoi, en El viejo Leon, que vuelvo a recomendar con entusiasmo, junto a sus tres inclasificables novelas Luz de vísperas, Libro de réquiems y El esnobismo de las golondrinas.

1 comentario:

  1. Este blog está buenísimo. Me entretiene, me informa, me dan ganas de leeeeeeer!!!
    Eli, te felicito. Gracias
    Adriana Romano

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