Fuiste uno de los tantos soñadores
que llegaron a la tan ansiada América,
con un mundo de ilusión.
Fuiste con la historia del país,
desde el buye al caballo, y de éste hasta el tractor,
siempre labrando la tierra con amor.
Fuiste un gringo gruñón,
pero más grande que tus gruñidos era tu corazón,
siempre te vi alegre, solo una vez te vi llorar,
cuando la abuela se nos fué.
Siempre era una fiesta compartir con vos,
Siempre tenías tus historias, (no sé sí reales o inventadas)
pero siempre eran motivo de fiesta entre cuentos.
Fuiste ejemplo de padre y de moral,
nunca nadie te pudo señalar por algo ilegal.
Fuiste orgullo para todos,
y cada vez que te recuerdo me lleno de amor
y con sonrisas te recuerdo pícaro abuelo;
tal vez alguna vez
estemos como esa noche de cuentos,
juntos, riendo.
Esta es una de las varias poesias que escribió ToTo Paulucci y su hija nos relata brevemente pero con mucho sentimiento quién es.
Hola Eli!!! acá va un poquito de la historia de mi papá, lo escribí yo desde mi parecer y mi sentir.
Pienso que esta necesidad de escribir, de mi papá, y su mirada sensible sobre la vida, de alguna manera le fue trasmitida por su madre Emilia,y a eso le ha sumado sus vivencias, sus alegrías, sus soledades.
Toto Paulucci nació en General Pinto (Bs. As.) el 19 de Diciembre de 1939, es el segundo de 5 hermanos ( 3 varones, 2 mujeres).
Su padre Marino vino de Apiniano (Italia) a los dos años y su madre Emilia nació en el campo, cerca de Pinto.
Desde casi niño, se vio en la necesidad de trabajar, junto a su hermano mayor, para ayudar en la casa; así el tambo se volvió su trabajo por muchos años.
Junto a Mabel Hernández ( nacida también en Pinto) llevan compartiendo 45 años de su vida; a travez de sus hijas, Virginia, Alejandra y Verónica disfrutan en su presente de 4 nietos (Santiago, Josefina, Nicolás, Joaquín) y un quinto nieto en camino.
Este presente también lo encuentra disfrutando de su propia quinta, lugar que le permite estar en contacto con la tierra, el cielo amplio y libre, el canto de los pájaros, los sonidos del viento, del campo.
Y así es mi viejo...simple, profundo, querible.
Gracias Verónica por tu aporte desde el amor.
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