Por Patricia Kolesnicov
Lo escribió en 1952 y “se perdió” en una editorial. No quiso publicarlo en vida.
José Saramago está muerto, pero hay un libro nuevo”, dice, por teléfono, desde la casa que compartieron en Lanzarote, Pilar del Río, la mujer, la viuda, la compañera y la traductora de José Saramago. Habla de Claraboya , una novela inédita que el Nobel portugués –que murió en junio de 2010– escribió en 1952 y que ella terminó de traducir el último día de 2011 para que esté en librerías, en castellano, en marzo.
Dentro de unas horas, Pilar del Río sale para Los Angeles, donde va a hacer fuerza para que José y Pilar –la deliciosa película sobre el amor entre ellos que filmó Miguel Gonçalves– sea seleccionada para los Oscar. Pero ahora, ya de noche en esa isla africana, Pilar del Río cuenta qué pasó con la novela y por qué la publica ahora.“Es un libro que José entregó a una editorial. Esperó un mes, dos, tres, no le respondían. Estaba entre tímido y dolido, se sintió humillado, nunca más pensó en el libro. Hizo un silencio de 20 años. Veinte años en que no publicó nada. Mucho después, cuando ya había sacado otros libros, una mañana llaman por teléfono, atiendo yo, me preguntan por José, les paso y le dicen que en un cambio de instalaciones han encontrado un original traspapelado y que sería un honor editarlo.., ‘Ni hablar’ dijo él. Que se lo devolvieran”.
¿Saramago iba a publicar su libro en otra parte, ahora que era reconocido? No. “Tenía una relación mala con el libro, le daba dolor. Llegó el original y él lo dejó arriba de una mesa. Lo leí, lo llevé a encuadernar. Cuando se lo mostré me dijo: ‘Pilar, no merecía la pena...¿por qué has hecho esto?’” Si él no quiso, por qué lo publica ella ahora? “José sabía que el libro estaba bien”, dice Pilar. “Siempre dijo que no quería ver publicado ese libro en vida, ‘pero quien venga detrás de mí que haga lo que quiera’. Sé que José era consciente de lo que era este libro y era una forma de continuarse . José está muerto pero hay un libro nuevo”.
En 1952, cuando Saramago escribió Claraboya , Portugal, estaba bajo la dictadura de António de Oliveira Salazar, que duró entre 1926 y 1974. La novela, cuenta Del Río, se trata de la vida de seis familias de clase media baja portuguesa que viven en el mismo edificio, entre 1947 y 1948. “Es la Lisboa de Salazar. La claraboya sería la mirada desde arriba . Lo que se ve son las relaciones entre esas familias, donde hay de todo. Es decir, estaba escribiendo un mundo”.
Aunque subraya que es un libro más sencillo que los que siguieron –“bueno para iniciarse en Saramago”– Del Río piensa que ya aparecen allí los temas y las formas del escritor. Con comentarios sobre el poeta Fernando Pessoa, la presencia de mujeres fuertes, una escena violentísima de una violación, “malos tratos de una modernidad insufrible” y una escena de lesbianismo. “¿La dictadura iba a permitir esos temas?”, se pregunta Del Río, dejando caer una sospecha sobre la teoría del original traspapelado. “¿Iban a permitirlo? La familia queda mal parada, la agresión sexual, el lesbianismo normalizado… ¡lo único que no es normal es la familia!” La música, otro de los temas del portugués, tiene su lugar con “un concierto de Beethoven que atraviesa toda la obra”. Y lo personal aparece por acá: “Hay una escena en que una de las protagonistas ve una máscara de Beethoven que se querría comprar pero no puede. Y 40 años después, José la compró. La tenía en casa. Ahora he visto lo que significaba para él, terminé de traducir y corrí a buscarla”.
El libro ya salió en portugués y esto es raro: por años, José y Pilar trabajaron prácticamente al mismo tiempo: él terminaba una página en el primer piso (vista a un mar de un azul intenso), y ella la traducía en la planta baja de la casa blanca. Y discutían cada palabra. “He traducido este libro en su mesa, donde escribió los últimos libros”, dice Pilar, por teléfono. Todo el tiempo estaba oyendo la voz de José. Y por otra parte, estaba sintiendo la ausencia de José. Por eso me quedé traduciendo en la Nochevieja. Dije ‘voy a pasar las fiestas con José, él me está hablando’. Sin drama ¿eh?”
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