La distribución de cuentos en las canchas, el programa que entrega viviendas sociales con libros para toda la familia, las actividades de las bibliotecas populares y una mayor cantidad de ONGs dedicadas a la difusión de la literatura, son algunas estrategias que permitieron recuperar el nivel de lectura entre los argentinos, analizó el escritor Mempo Giardinelli
“Hay una gran recuperación de la lectura en general. Lo sabremos con exactitud cuando estén los resultados de la 2ª Encuesta Nacional de Lectura que se está haciendo ahora mismo. Las últimas cifras son de 2001 y eran paupérrimas.
Pero ahora existe una saludable moda de `promoción de la lectura´, dice Mempo Giardinelli, fundador de la revista "Puro Cuento" que ya en los 80 proponía políticas públicas de lectura.
En este sentido, el escritor chaqueño recuerda varias de las estrategias que expanden esta tendencia como son los “congresos que se realizan en todo el país, las políticas estatales y ONGs dedicadas al tema".
También remarca el trabajo de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) que renovó, “en gran medida, los acervos de las bibliotecas populares” y en los planes del Ministerio de Educación que “manda libros nuevos a las escuelas todos los años”.
“Todo esto contrasta con la soledad que nos rodeaba en las primeras épocas de la democracia recuperada, y con la frivolización del país en los 90. Este cambio produce resultados", reflexiona Giardinelli autor de novelas, cuentos y ensayos traducidos a más de veinte idiomas.
En cuanto a la distribución de libros en la cancha, el escritor, un fanático hincha de Vélez, reconoce que "darle cuentos con temática futbolera al público refuerza las posibilidades de que antes o después del partido los textos sean leídos. Yo he visto que después del reparto no quedaba ningún ejemplar en las tribunas".
Autor de "El hincha", uno de los títulos entregados durante la campaña "Pasión por Leer", Giardinelli comenta que “son muchísimos los fanáticos de Vélez que me lo comentan, lo reproducen en páginas web dedicadas al club, me escriben, lo hacen circular en You-tube en la estupenda versión leída por Alejandro Apo, quien también contribuye a que esta literatura se conozca”.
“La literatura siempre es para todos. Hoy se lee bastante más que hace una década, y no sé si esto entrará en la categoría `literatura para todos` pero se acerca mucho”.
El autor de "Volver a leer. Propuestas para ser una nación de lectores", argumenta que “leemos para saber, y entonces el que no lee no sabe. Leer `sirve´ sobre todo para aprender, para ponerte en el lugar del otro, para comprender mejor a las personas y las situaciones, y para entretenerse y disipar la angustia".
Y desliza: "No entiendo cómo hay personas que soportan hacer largas colas sin un libro en la mano...".
Giardinelli desde hace décadas realiza un trabajo desmenuzado y concentrado de estrategias de consolidación y promoción de la lectura, que hoy se enmarcan en la fundación que lleva su nombre, oficialmente establecida en 1999.
Se trata de una ONG que trabaja por el fomento de la lectura, la divulgación de la literatura nacional e internacional contemporánea y el desarrollo sustentable del Nordeste Argentino a partir de prácticas culturales y solidarias.
Desde la Fundación, cuenta su ideólogo, se desarrollan estrategias que "ya han probado su eficacia, han sido premiadas y adoptadas por gobiernos de varios países. No en vano tenemos un Foro Internacional que atrae a autores, pedagogos y académicos, porque allí encuentran miles de lectores".
"Y esto sucede en el Chaco, no precisamente un lugar en el que nademos en la abundancia. Nos obligó, desde los 90, a ser creativos para que pocos libros circularan entre muchas manos, muchas mentes y muchos corazones", explica este escritor que recibió en 2007 el Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Poitiers, Francia.
Una de las tácticas de la Fundación, desde 1996, es el "Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura en el que participan miles de personas para estar en contacto con los autores. Esos días los escritores se encuentren con lectores jóvenes en las escuelas y las bibliotecas tanto del centro como de la periferia de la ciudad".
Quizá la clave también radica en las sensaciones que produce el revuelo porque "los chicos se preparan para esperarlos y nosotros trabajamos sin imponer, y sobre todo sin obligar a leer, que es la receta más segura para generar rechazo...".
Para Giardinelli, "es fundamental un tiempo diario de lectura para los niños y tal es así que alcanzó su propuesta a muchas escuelas del país. Miles de chicos del interior del país tienen `permiso oficial’ para leer algo por placer antes de comenzar cada clase. Y de hecho ahora lo promueve también el Ministerio de Educación de la Nación".
Además, el chaqueño contó que desde la Fundación "se creó un ejército de voluntarias lectoras, a través del Programa de Abuelas Cuentacuentos, integrado por más de 2.000 abuelas y abuelos, en más de 80 ciudades del país. Algunas llevan ya muchos años leyendo a los mismos grupos de niños, que ya son lectores avanzados y a su vez leen a otros chicos y a sus familiares".
El secreto es que "la única manera de acercar la lectura a la gente es desde el amor. Lamento si suena cursi y antiacadémico, pero la huella afectiva que se produce cuando un adulto lee con frecuencia a un niño, no digo que sea una garantía, pero aumenta significativamente las posibilidades de que, cuando crezca, ese niño sea un lector", concluye