Hoy cumplo 25 años y lo voy a celebrar.
Elegí hacer el festejo en la casa de mamá. Es más espaciosa y mis amigas viven
muy cerca. Invité a quince.
Mamá es siempre tan buena conmigo. Me ayudó a preparar la mesa. Quedó hermoso:
bocaditos dulces y salados, gaseosa y mate, y hasta chocolate caliente casero.
Para todos los gustos. La torta es perfecta, blanca, con rosas rojas y 25
velitas para que se puedan reír de lo añosa que me puse.
Todo listo. La tarde de otoño acompaña. Las voy a esperar en la vereda. Mamá
tiene un cantero muy arreglado con un borde amplio. Me siento ahí, quiero verlas
llegar.
Le dije a mi marido que se llevara a los nenes así podíamos charlar sin
interrupciones. Porque tres hijos y un marido interrumpen mucho. Pero son mi
orgullo.
Nunca fui de esas que andan de hombre en hombre. A mi me criaron bien. Le dije:
- Si querés ser mi novio tenés que presentarte en mi casa. Y así lo hizo. Lo
digo siempre y a todo el mundo: el único hombre que me tocó. Debo ser de las
pocas que pueden decir eso sin mentir.
Nos casamos cuando cumplí 18, frente a la Ley y frente a Dios. Como se tiene
que hacer. Llámenme antigua pero eso de "juntarse" me parece de clase baja, de
atorrantitas.
Creo que el auto que pasó por la esquina es de una de las chicas. Bueno,
"chicas"es un decir, son bastante más grandes que yo y siempre les hago bromas
con eso.
Seguro está dando la vuelta. Aunque no me sorprendería que entre en contramano.
Es un desastre esa chica. Está muy flaca, seguro debe tener anorexia o alguna de
esas cosas. Y tan bronceada y fumando como una chimenea. Un horror. Su marido es
muy amigo del mío y así nos conocimos. En realidad, todas mis amigas son las
esposas de amigos de mi marido.
En el colegio no fui de hacer amigas. Tuve mala suerte, un grupo feo. Mucha
envidia. Un sentimiento que no comprendo. Yo ayudo a todo el mundo. Siempre.
Tengo ese don de ver que es lo mejor para el otro y se lo digo, y así su vida es
mejor. Nunca nadie me agradece, pero la gente es así, te usa y cuando no te
necesita más te tira a la basura.
Sé mucho de la vida. Trabajé siempre, a la par de mi marido y aún más. Nadie me
regaló nada. Trabajé hasta el día antes de parir y en menos de una semana ya
estaba de vuelta. A mis hijos los cuidó siempre mi suegra. Cuando sean grandes
van a entender. Logré en 25 años cosas que gente que conozco no logró nunca.
Tengo una vida ejemplar.
Me parece que ahí escucho el ruido del auto de la otra, la que tiene problemas
con el marido. Para mi que la engaña. Seguro. Y ella a él...bueh.
Mamá me dice que va a guardar los sandwichitos para que no se resequen. Es tan
buena mamá. Por soportar al inútil de mi padre ya se merece un premio.
Le digo que no los guarde, que ya van a venir en cualquier momento. Siempre tan
impuntual la gente, tan desconsiderada. Se comportan como negros, sin ningún
respeto por el otro. Nunca un gracias. Pero a mi no me importa, yo soy distinta.
Vivo para los demás. Para dar, para ayudar. Y nunca un gracias. Nunca.
Por qué volvió mi marido?
Me dice que ya es de noche, que pasaron tres horas, que si no vinieron, ya no
lo van a hacer.
Mamá me mira. La mesa esta preciosa.
Estúpidas. Ingratas. Cornudas. Envidiosas. Prostitutas. Malditas.
Mamá tiene razón, la gente es una porquería.
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