Se lo llevaron los guardias
una noche de verano,
se llevaron a un poeta
inocente y asustado;
¡y no sentían vergüenza
por cumplir aquel mandato!,
ni tampoco deshonor
al tener que fusilarlo.
Se lo llevaron los guardias,
¡malditos!... se lo llevaron
una noche de verano,
se llevaron a un poeta
inocente y asustado;
¡y no sentían vergüenza
por cumplir aquel mandato!,
ni tampoco deshonor
al tener que fusilarlo.
Se lo llevaron los guardias,
¡malditos!... se lo llevaron
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ResponderEliminarGracias Eli, por elegir mi poema.
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