LOS COLORES DEL GORRIÓN
Adaptación de una leyenda India.
Dicen que hace muchos años, todos los pájaros eran marrones. Al principio, esto no les molestaba, pero cuando la Naturaleza empezó a crear las flores con colores diferentes y maravillosos, sintieron que era injusto.¡ Ellos también tenían derecho a ser coloridos !.
Asique enviaron al búho a pedirle a la Naturaleza que les reconociera su derecho. Ella dijo que sí, que no había ningún problema, que mejor, porque así el mundo sería mucho más bonito, ¡ y qué cosa ! ¿ cómo no se le había ocurrido antes ? Pero aclaró, además, que antes del cambio, cada pájaro tendría que pensar muy bien qué color querría, porque le quedaría para siempre.
-Dentro de una semana estaré aquí con mi paleta, y cada uno recibirá lo que haya elegido-dijo por ´ultimo.
El búho regresó con la noticia, que muy pronto se desparramó por todo el planeta. Los pájaros anduvieron toda la semana de lo más alborotados, preguntándose unos a otros si les quedaría mejor el turquesa o el verde, el colorado o el negro, ¡ o todos los colores juntos !-
Por fin llegó el día de la reunión. La Naturaleza, sentada en un trono verde, con una enorme paleta de colores en una mano y un ´pincel en la otra, los fue llamando, y uno por uno pidieron y recibieron lo que querían.
El benteveo había elegido amarillo para el pecho, y una vincha blanca en la cabeza. La brasita quiso que su cuerpo y su copete fueran colorados. La golondrina se decidió por el negro, el azul y el blanco, que son elegantes.
El pavo real pidió una cola lo más parecida posible al arco iris, para que todo el mundo la viera bien. Y el loro, un tono exclusivo, para él y nadie más que él: verde loro. Fueron cientos, miles los pájaros que pasaron frente a la Naturaleza. Ella los escuchaba y los pintaba a todos con mucho cuidado y paciencia, creando toda clase de combinaciones. Cuando los colores se fueron tremiendo, algunos tuvieron que conformarse con los que sobraban, pero igual quedaron muy lindos.
Y así la Naturaleza terminó su trabajo...o casi. Porque mientras estaba guardando la paleta y los pinceles para irse, una necesita le llamó la atención. Era el gorrión que se le acercaba a saltitos.
-¡ Falto yo, falto yo, señora !- le dijo el pajarito- Llegué tarde porque en el camino hubo tormenta, perdone, pero no se vaya todavía. ¡ Yo también quiero colores !.
La Naturaleza lo miró apenada, y con voz cariñosa le contestó:
-¡ Pero es que no ha quedado nada en mi paleta !
-¡ Uf, qué lástima ! Un viaje tan largo y cansador para nada- se quejó, muy triste. el gorrión- Bueno, no importa, igual el marrón no me queda tan feo- se consoló.
Y ya se iba, más o menos conforme cuando la Naturaleza lo llamó:
-¡ Un momento ! Voy a revisar de nuevo mi paleta... a lo mejor tenemos suerte- le dijo.
La puso al sol, después a la sombra... y descubrió que en un rinconcito brillaba una mínima gotas de amarillo. Mojo entonces un pincel, se acercó al gorrión y dibujó con mucho cuidado una pequeñisima mancha amarilla a cada lado del piquito.
Acordate de esto cada vez que veas un gorrión. Y miralo bien. él lleva el último color que usó la Naturaleza para pintar a todos los pájaros del mundo.
FIN
Este cuento lo leí en la Sala de 5 años del Jardín que asiste mi nieta Sara. Para mi sorpresa los 35 pequeños presentes lo escucharon con mucha atención y luego hicieron hermosos trabajos. Fueron presentados en la Feria del Libro de la institución.
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