DEL MAGO DE
ARJONA A
SIMON EL MAGO
Relato de un suceso
Hugo
Vásquez Caez (Colombia )
Arjona una ciudad intermedia, a pocos kilómetros de Cartagena, junto
con sus corregimientos y municipios vecinos,
se había constituido en un
agudo problema social, por la aparición
de un célebre hombre con poderes extraterrestres y que bautizaron con el
apelativo de EL Mago de Arjona, por las sanaciones
que hacía. A este “mago” lo rodearon los
explotadores mas ávidos y corruptos que ustedes se puedan imaginar. Estos
depravados se dedicaban a relatar historias increíbles hechas por el Mago, que
las comparaban con las que hizo Jesús en su peregrinar por este mundo.
Todos los habitantes de la costa
acudían a depositar sus ahorros para ver al mago y salir aliviados de sus
dolencias. Las consultas eran interminables y se convertían en un gran festín
para los buitres humano que lo
explotaban. Estos perversos convencían a los
que no podían entrar a consulta, que compraran
las carimañolas, las empanadas y demás fritos que vendían en la calle
donde se hacia las consultas , que según
ellos, estaban benditas por el Mago .En esa época no todos tenían la oportunidad, como hoy, de
mantener en sus casas una nevera, así que guardaban en totumas u otros
recipientes estos fritos “benditos” y cuando un familiar o un vecino enfermaba,
se los daban a comer para aliviarlos y entonces se formaba un gran drama, ya
que estas proteínas degeneradas les
acarreaban una intoxicación alimentaría de cuidado y llegaban a la emergencia
del Hospital Santa Clara de
Cartagena, donde hacíamos el internado,
con un cuadro preocupante que teníamos que duplicar los esfuerzos para ponerlos
fuera de peligro. Esto era tan frecuente
que todos los que hicimos el Internado en l952 oíamos con frecuencia a
la enfermera decir: ¡llegó otro del
Mago! y los internos salíamos
apresurados a cubrir la urgencia, por
que teníamos conciencia de la gravedad con que venían.
:
..
Los Internos del Hospital no conocíamos al famoso Mago de Arjona, sólo
a sus pacientes y las historias que éstos referían de los avivatos que lo
explotaban. Otra fuente de información que teníamos eran los periódicos locales,
que denunciaban con insistencia el peligro a que se sometían los habitantes que
lo visitaban, no solo por la receta y
los fritos “benditos”, sino también por la falta de sanitarios para tanta gente
que llegaba. La vecindad manifestaban
sus inconformidades, pero las autoridades sanitarias no trataban de
arreglar el problema, por temor a que
atentaran contra sus vidas.
El “Mago” fue atropellado por una bicicleta que conducía un paciente. Con una fractura de la tibia lo llevaron al Hospital. Después del
tratamiento indicado hecho en traumatología, hubo necesidad de hospitalizarlo en el Departamento de
Psiquiatría porque su estado mental estaba muy comprometido. Todos los días
dábamos clase de esta materia con el Mago como paciente. En verdad el “Mago”
era un hombre extraño : blanco de ojos
azules, con una luenga cabellera y una vetusta barba que cubría la mayor parte
de su rostro , además de una mirada en
lontananza, le asociaba una quietud indescriptible que el profesor nos decía
que era una típica ESTEREOTIPIA DE POSICIÓN, término que aprendimos en el año 1952 y estoy seguro que ninguno de los internos que asistíamos con regularidad a esta clase ,
nos costará mucho trabajo olvidarlo. Lo curioso de todo este drama fue que en
los primeros días que lo vi me impresionó tanto que cuando salía de clase y entraba a la sala de
la pensión donde vivía, me quedaba sorprendido mirando un cuadro del Corazón de
Jesús, por que la similitud con el celebre mago era inenarrable, factor este
que atraía al público.
Estos personajes han vivido con la historia de la humanidad. Recuerden
que en Los Hechos de los Apóstoles, cuando salieron a pregonar el Evangelio, a
dar fe de las bondades de Jesucristo y
hacer signos reales de milagros,
San Pedro llegó a Samaria donde vivía un hombre a quien le llamaban Simón el Mago, porque se dedicaba, como los simones de hoy, a explotar a los incautos
con trucos y actos de brujería. Cuando Simón vio que San Pedro con sólo ponerle las manos en la cabeza
al creyente le transmitía el don de la espiritualidad, del amor al prójimo y la
claridad de la existencia del Espíritu
Santo o sea la tercera persona de la Santísima Trinidad , tuvo la osadía de ofrecerle dinero para que
le vendiera ese poder de transformar a una persona sin trucos ni falsedades y San Pedro le contestó: “Que tu
dinero se condene contigo por que has pensado en comprar con dinero lo que es
un don de Dios”
De este dialogo se originó la palabra SIMONIA que significa hacer
negocios ilícitos con las cosas sagradas. Quien entra a un templo y se hurta
cualquier prenda destinada a los
actos religiosos, como el cáliz, la custodia, el simple purificador, un
abanico, etc, etc. comete el delito de
SIMONIA que es castigado por las leyes
civiles y eclesiásticas ya que según la gravedad de la falta puede ser
excomulgado.
..
Del Mago de Arjona tenemos
muchas anécdotas que contar por que tuvimos la oportunidad de vivir muy de
cerca su tragedia. Noten que hoy me hizo llegar hasta Samaria, segunda ciudad
de Judea, donde vivía otro Mago, con la diferencia que este “Mago” de la época de Jesús era un vivo, un
explotador, y el nuestro el de Arjona
era un triste enfermo. rodeado de unos
“depravadores humanos” que abusaban de la inocencia del prójimo para hacer sus
fechorías.
leoncaez@hotmail.com.
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