Es un importante reconocimiento internacional para la escritora e ilustradora Marisol Misenta, que colaboró con Paul Auster. Fue distinguida, entre 207 autores, con el Astrid Lindgren, uno de los galardones más prestigiosos de la literatura infantil y juvenil, creado por Suecia en 2003.
La escritora e ilustradora argentina Marisol Misenta, más conocida como Isol, fue distinguida ayer con el premio Astrid Lindgren 2013. Se trata de uno de los galardones más prestigiosos del mundo en literatura infantil, creado en 2003 por el gobierno sueco en memoria de Astrid Lindgren con el objetivo de potenciar el interés por este tipo de escritura. Busca, también, reconocer a autores e ilustradores que inciten la lectura siguiendo el espíritu de la creadora del personaje Pipi Calzaslargas, esa huerfanita salvaje de trenzas rojas que todos guardamos en la memoria.
"Isol crea libros con imágenes desde las perspectivas de los niños que vibran con energía y emociones explosivas -declaró el jurado-. Con facilidad y un humor liberador evoca también las páginas negras de la existencia."
Así, elegida entre 207 candidatos de 67 países, la ilustradora obtendrá la suma de 5 millones de coronas suecas (780.000 dólares) el próximo 27 de mayo en una ceremonia que se desarrollará en el Konserthus de Estocolmo. Este año, además, será nuevamente nominada al premio Hans Christian Andersen, una suerte de "pequeño Premio Nobel" del que fue finalista en 2006 y 2007 y que el año pasado fue para la argentina María Teresa Andruetto.
Ante semejante panorama, la pregunta se cae de madura: ¿estamos ante un apogeo de la literatura infantil argentina? "Yo creo que, sin dudas, estamos pasando por un gran momento -afirma la ilustradora en comunicación con LA NACION. Hoy, la literatura infantil de nuestro país cuenta con los recursos de artistas gráficos, del cómic, de cuentistas, de ilustradores, tiene ingredientes de humor... yo creo que todo eso crea un mix realmente muy atractivo."
Desde su punto de vista, este género ya no piensa la producción de contenidos en términos didácticos o moralistas sino que busca que las historias se transformen en "un lugar de experimentación", tanto para los adultos como para los niños. Al menos eso es lo que ella persigue en cada una de sus historias. "No hago cosas que no me gustan, yo quiero que la persona que me lea sea un par, sin importar la edad", asegura.
Un largo camino
Nacida en 1972, Isol cursó el Magisterio en Bellas Artes. Luego estudió varios años la Licenciatura en Artes hasta que decidió dejar todo para trabajar exclusivamente como ilustradora y autora de los llamados "libros álbumes", una publicación totalmente novedosa para ese entonces, en la que dibujos e ilustraciones cobraban cada vez más protagonismo.
Debutó a los 25 años con Vida de perros, allá por 1997, y desde entonces su carrera sólo fue en línea ascendente: escribió e ilustró decenas de libros, como El globo , Petit el Monstruo , Tener un patito es útil , Castillos , La Bella Griselda , Secreto de familia , Cosas que pasan y Nocturno, por nombrar sólo algunos. En todos buscaba lo mismo: mostrar caras distintas de la vida cotidiana. Es que su principal virtud reside en enfocar situaciones familiares desde el absurdo o el ridículo, evitando siempre la mirada condescendiente o el maniqueísmo entre "buenos y malos" que atravesaba el relato infantil de otras épocas.
Y si a primera vista su trazo impacta por una suerte de ternura plástica puesta en primer plano, enseguida asoma por detrás algo que tiene que ver con el orden de lo inquietante, con aquello que desestabiliza las cosas establecidas. Es más: alguna vez alguien dijo que sus personajes eran "demasiado locos". Pero ella lo desestimó por completo. Ahora se ríe, destaca el apoyo de sus editores y asegura que no le importa demasiado lo que esperen los otros.
Tal vez sea justamente por ese contraste, por su mirada incisiva, que Isol haya ganado tanta aceptación entre grandes y chicos por igual. "Tengo algo que viene del cómic, que tiene que ver con buscar la línea y la personalidad de los personajes, que no son fríos -opina en referencia a su propia obra-. Quiero la frescura y cierta cosa como salvaje y un poco impune, que no importan las reglas, esa cosa que tiene la niñez. Quiero dar esa sensación: la libertad."
También realizó ilustraciones para otros escritores, como las historias del poeta argentino Jorge Luján o El cuento de Navidad de Auggie Wren , el libro infantil de Paul Auster que en 2003 le dio un buen empujón para conseguir difusión a nivel internacional.
Gran parte de sus historias se han publicado en México, España, Francia, Estados Unidos, Corea y Suiza. Casada con el dramaturgo, actor y director argentino Rafael Spregelburd, con quien tiene un hijo de un año, Isol es creativa en múltiples niveles: también compone e interpreta música desde Buenos Aires, su ciudad de residencia.
Emocionada, afirma que este premio marca un antes y un después en su carrera y lo considera "un privilegio". En su primera edición fueron premiados la austríaca Christine Nöstlinger y el escritor e ilustrador norteamericano Maurice Sendak. En las siguientes, figuran el Banco del Libro de Venezuela (2007), la australiana Sonya Hartnett (2008) y el holandés Guus Kuijer (2012).
¿Qué va a hacer con todo ese dinero? "Yo nunca pienso en las cosas antes de tenerlas. Nunca tuve una estrategia pensando en ganar dinero. Por suerte puedo vivir de lo que hago", responde.
A la hora de las conclusiones, algo parece quedar claro: el género de la literatura infantil ya no es menor ni secundario y, hoy en día, está ocupando un lugar primordial para las letras argentinas. Eso sí: no puede pensarse el texto sin la imagen. No porque esta última sea subsidiaria del primero, sino porque ambos construyen un diálogo que sólo puede entenderse como conjunto.
"La ilustración no está al servicio del texto, eso hay que entenderlo -plantea Isol-. Hay entre ambos un intercambio, lo importante es aprender a disfrutar de los dos lenguajes. La imagen es poderosa, tan poderosa como la palabra."
Fuente: Violeta Gorodischer, La Nación.