Fernando Monacelli, el autor de “Sobrevivientes”, fue el elegido. Empieza con el hallazgo, 25 años después de la guerra, de tres cadáveres de marineros del General Belgrano.
And the winner is... Fernando Monacelli, premio en mano, rodeado por el Jurado de Honor: Juan Cruz Ruiz, Claudia Piñeiro y Santiago Roncagliolo.
31/10/12
El marco era nuevo, igual que la dotación económica (ahora de 150 mil pesos) y algunas de las bases de un premio que ya es una tradición de la literatura argentina. La tensión, la expectativa, eran las mismas. A las 21.53, una hora después de que comenzara un emotivo acto en la impecable en la Usina del Arte en la Boca se terminó el suspenso. Fernando Monacelli se convirtió por decisión unánime en el XV ganador del Premio Clarín de Novela. Su obra Sobrevivientes fue la elegida entre un total 526 textos que llegaron desde todo el país, América latina, Estados Unidos, Canadá, Francia, España, Alemania, Noruega y Suiza. La novela relata el hallazgo en la Antártida, 25 años después de la guerra de Malvinas, de los cuerpos de tres marineros del crucero General Belgrano. Y la historia dolorosa que se desprende del diario personal de uno de ellos y de la búsqueda de un nieto perdido.
Pero eso –la noticia, el nombre del ganador– fue el final de una noche llena de emociones, que comenzó poco después de que a las 20.48 Mario Markic y Natalia Marquiegui –los maestros de ceremonias– rompieron el hielo para presentar primero al Jurado de Honor, los escritores y periodistas: el español Juan Cruz Ruiz y el peruano Santiago Roncagliolo y la guionista y ganadora del Premio Clarín de Novela 2005 Claudia Piñeiro, que se robó todos los aplausos. Enseguida, el Editor General de Redacción Ricardo Kirschbaum rompió el hielo: “Estamos en el #30O”, dijo antes de que lo envolvieran los aplausos del colmadísimo auditorio de la Usina. Kirschbaum propuso un breve pero intenso juego de ideas, que incluyó a Galileo Galilei y a Edgar Allan Poe y, también, a la sociedad argentina. “Hablamos de vasos comunicantes donde lo limitante y la ausencia de crítica genera una sociedad menos rica, con déficit de autonomía y más dependiente del poder. Esto importa hoy, porque la literatura es el gran reflejo de lo que somos. Quisiera una ficción que nos cuente en nuestra complejidad, en lo diverso y no que intente convertirse en una voz de la supremacía”, dijo antes de citar la compleja tradición de una sociedad que niega al otro y citar como ejemplos las obras de Esteban Echeverría, Domingo Sarmiento, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Osvaldo Soriano. Kirschbaum recordó que –citando a Beatriz Sarlo– “la política no puede constituirse en un fundamento de la práctica intelectual porque impone relaciones de subordinación que son malas para la política y peores para el pensamiento crítico”. Por eso –insistió–la necesidad de Clarín de apoyar la creación literaria resulta aún más imperiosa.
El anuncio del Premio Clarín a la Trayectoria para Clorindo Testa (Ver Premio Ñ...), la impecable actuación de Escalandrum –la banda del nieto de Astor Piazzolla, Daniel Pipi Piazzolla– que interpretó clásicos del genio marplatense; y el reconocimiento por los 50 años de la Librería Cúspide relajaron la atmósfera mientras el suspenso para conocer el nombre del ganador crecía.
Juan Cruz y Piñeiro postergaron la definición para explicar la tarea del jurado. “Asistimos a un renacimiento de la literatura hispanoamericana, que nosotros como miembros del jurado, contemplamos cada año como consecuencia de una actitud rabiosamente existencialista de lo que está ocurriendo en América y en el mundo”, festejó el flamante ganador del Premio de Periodismo Cultural de España. Piñeiro contó cómo le cambió la vida ganar el Premio Clarín de Novela. “El premio tiene la voz de Mario Mazzone”, dijo en alusión al fallecido periodista de TN que anunció en 2005 –el mismo año en que Monacelli resultó finalista por La mirada del ciervo – que su novela Las viudas de los jueves era la ganadora. “El Premio Clarín es mediático y popular: contempla la publicacion y que los lectores conozcan al autor”, explicó Piñeiro.
Entonces sí, a las 21.53 los presentadores anunciaron que el editor de 45 años del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, Fernando Monacelli, era el ganador del Premio Clarín de Novela 2012. Santiago Roncagliolo se entusiasmó explicando las razones del jurado: “Es una novela muy conmovedora, con personajes muy bien construidos que parecen reales. La decisión fue natural, discutíamos y siempre volvíamos a la misma novela”, dijo. Monacelli, visiblemente emocionado, entonces mencionó “la vanidad” de ser reconocido, “la transparencia del concurso” y agradeció a su familia. “Ojalá les guste la novela, habla sobre una Argentina que no puede olvidar sus deudas, que no puede reescribir su historia. En la actualidad hay una reescritura demasiado cruel de la historia argentina”, sentenció. “En Sobrevivientes –recalcó– surgen los personajes de la historia: los veteranos olvidados, la gente olvidada por la clase política”. Entonces sí agradeció, mientras los aplausos le mostraban la puerta grande de la literatura argentina.
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And the winner is... Fernando Monacelli, premio en mano, rodeado por el Jurado de Honor: Juan Cruz Ruiz, Claudia Piñeiro y Santiago Roncagliolo.
31/10/12
El marco era nuevo, igual que la dotación económica (ahora de 150 mil pesos) y algunas de las bases de un premio que ya es una tradición de la literatura argentina. La tensión, la expectativa, eran las mismas. A las 21.53, una hora después de que comenzara un emotivo acto en la impecable en la Usina del Arte en la Boca se terminó el suspenso. Fernando Monacelli se convirtió por decisión unánime en el XV ganador del Premio Clarín de Novela. Su obra Sobrevivientes fue la elegida entre un total 526 textos que llegaron desde todo el país, América latina, Estados Unidos, Canadá, Francia, España, Alemania, Noruega y Suiza. La novela relata el hallazgo en la Antártida, 25 años después de la guerra de Malvinas, de los cuerpos de tres marineros del crucero General Belgrano. Y la historia dolorosa que se desprende del diario personal de uno de ellos y de la búsqueda de un nieto perdido.
Pero eso –la noticia, el nombre del ganador– fue el final de una noche llena de emociones, que comenzó poco después de que a las 20.48 Mario Markic y Natalia Marquiegui –los maestros de ceremonias– rompieron el hielo para presentar primero al Jurado de Honor, los escritores y periodistas: el español Juan Cruz Ruiz y el peruano Santiago Roncagliolo y la guionista y ganadora del Premio Clarín de Novela 2005 Claudia Piñeiro, que se robó todos los aplausos. Enseguida, el Editor General de Redacción Ricardo Kirschbaum rompió el hielo: “Estamos en el #30O”, dijo antes de que lo envolvieran los aplausos del colmadísimo auditorio de la Usina. Kirschbaum propuso un breve pero intenso juego de ideas, que incluyó a Galileo Galilei y a Edgar Allan Poe y, también, a la sociedad argentina. “Hablamos de vasos comunicantes donde lo limitante y la ausencia de crítica genera una sociedad menos rica, con déficit de autonomía y más dependiente del poder. Esto importa hoy, porque la literatura es el gran reflejo de lo que somos. Quisiera una ficción que nos cuente en nuestra complejidad, en lo diverso y no que intente convertirse en una voz de la supremacía”, dijo antes de citar la compleja tradición de una sociedad que niega al otro y citar como ejemplos las obras de Esteban Echeverría, Domingo Sarmiento, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Osvaldo Soriano. Kirschbaum recordó que –citando a Beatriz Sarlo– “la política no puede constituirse en un fundamento de la práctica intelectual porque impone relaciones de subordinación que son malas para la política y peores para el pensamiento crítico”. Por eso –insistió–la necesidad de Clarín de apoyar la creación literaria resulta aún más imperiosa.
El anuncio del Premio Clarín a la Trayectoria para Clorindo Testa (Ver Premio Ñ...), la impecable actuación de Escalandrum –la banda del nieto de Astor Piazzolla, Daniel Pipi Piazzolla– que interpretó clásicos del genio marplatense; y el reconocimiento por los 50 años de la Librería Cúspide relajaron la atmósfera mientras el suspenso para conocer el nombre del ganador crecía.
Juan Cruz y Piñeiro postergaron la definición para explicar la tarea del jurado. “Asistimos a un renacimiento de la literatura hispanoamericana, que nosotros como miembros del jurado, contemplamos cada año como consecuencia de una actitud rabiosamente existencialista de lo que está ocurriendo en América y en el mundo”, festejó el flamante ganador del Premio de Periodismo Cultural de España. Piñeiro contó cómo le cambió la vida ganar el Premio Clarín de Novela. “El premio tiene la voz de Mario Mazzone”, dijo en alusión al fallecido periodista de TN que anunció en 2005 –el mismo año en que Monacelli resultó finalista por La mirada del ciervo – que su novela Las viudas de los jueves era la ganadora. “El Premio Clarín es mediático y popular: contempla la publicacion y que los lectores conozcan al autor”, explicó Piñeiro.
Entonces sí, a las 21.53 los presentadores anunciaron que el editor de 45 años del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, Fernando Monacelli, era el ganador del Premio Clarín de Novela 2012. Santiago Roncagliolo se entusiasmó explicando las razones del jurado: “Es una novela muy conmovedora, con personajes muy bien construidos que parecen reales. La decisión fue natural, discutíamos y siempre volvíamos a la misma novela”, dijo. Monacelli, visiblemente emocionado, entonces mencionó “la vanidad” de ser reconocido, “la transparencia del concurso” y agradeció a su familia. “Ojalá les guste la novela, habla sobre una Argentina que no puede olvidar sus deudas, que no puede reescribir su historia. En la actualidad hay una reescritura demasiado cruel de la historia argentina”, sentenció. “En Sobrevivientes –recalcó– surgen los personajes de la historia: los veteranos olvidados, la gente olvidada por la clase política”. Entonces sí agradeció, mientras los aplausos le mostraban la puerta grande de la literatura argentina.